Como sexóloga clínica puedo afirmar que las personas que se llevan bien con sus exparejas son las que entienden muy bien el concepto de amor y de respeto, estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, hay que tomarnos el tiempo necesario para cerrar esa etapa de una manera madura y cicatrizar las heridas.

Los ex, si bien son parte de un capítulo pasado, pueden seguir ocupando algún rol en nuestras vidas, incluso en su momento pueden llegar a ser buenos amigos. A veces tenemos hijos, conocidos o negocios en común, trabajamos en el mismo sitio o por casualidad somos vecinos de esa persona. No debería haber problema mientras se establezcan los límites entre las partes involucradas.

Es probable que en algún momento nos encontremos con algunas situaciones relativas a nuestro ex:

  • Cambio continuo de planes con nuestros hijos. Esto incluye embarques, retardos o invitaciones sin previo aviso que pueden complicar nuestra agenda.
  • Los típicos favores tecnológicos o de tecnología que terminan siendo una excusa para saber de esa persona.
  • Los ex que tienen llave de nuestra casa y se sienten como si fuera la de ellos.
  • Llamadas frecuentes y a horas inapropiadas sobre cualquier consulta que podría solucionarse consultando Google.
  • Camaradería, gestos, palabras o confidencias típicas de pareja.
  • Celos innecesarios y descontextualizados.
  • Peleas típicas de pareja por falta de explicaciones.
  • Sensación de impotencia por sentir la sombra de esa relación pasada.

Es complicado cuando estamos sumidos en una relación que está oficialmente acabada pero que en la práctica sigue existiendo en parte. La pregunta es, ¿para qué ha servido separarnos si nuestro ex sigue estando presente a todas horas?

Cuando la presencia de los ex supone una alteración física, emocional o psicológica es porque no se ha sabido manejar unos límites razonables. Hay que entender que ni los hijos ni el dinero ni ningún tema doméstico son excusas para colocar a esa persona por encima de nuestra vida actual e incluso por delante de nuestra nueva pareja.

Lo más sensato es que el trato con los ex sea para cosas muy puntuales hasta que el tiempo haga que las aguas retornen a un nivel adecuado para iniciar una amistad. Es indispensable tomarse el tiempo necesario para superar a nuestra antigua pareja y así evitar caer en el ciclo de las relaciones tóxicas. En el caso de que tu pareja actual no marque los límites con su ex, lo más adecuado es decirle que aún no está listo por no haber cortado vínculos emocionales.

¿Cómo te llevas con tus exparejas? ¿Han logrado llevarse más o menos bien?