Más de un tercio de la población está confinada en sus hogares para contribuir a contener los efectos del COVID-19. Para la vida familiar o en pareja, no poder salir de casa es mucho más complicado de lo que parece. Pero, para aquellos que les toca pasarla solos también es una situación difícil de llevar.
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Es un hecho que todos tenemos un arduo reto por delante donde debe imperar el sentido de responsabilidad y tranquilidad. El exceso de información que recibimos a todas horas, la imposibilidad de drenar y despejarse de forma convencional y miedo ante la incertidumbre no contribuyen a mantener el equilibrio.
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Lo más sensato es aceptar es que no siempre la vamos a pasar bien y que es natural que sintamos de vez en cuando emociones negativas. Al asumirlo tendremos más herramientas para canalizarlas.
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Luego de sufrir un estado de shock inicial es posible experimentar tristeza, sentimientos de vacío, soledad, agobio, depresión e irritabilidad. ¿Qué podemos hacer al respecto? No existe una fórmula mágica pero las siguientes recomendaciones pueden ser de utilidad:
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Crearse una rutina: bañarse, trabajar, comer, descansar y tener momentos de esparcimiento a determinadas horas.
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Aprovechar el tiempo en casa: hay que capitalizar esta circunstancia buscándole tiempo a esas actividades que antes quedaban desplazadas en la lista de prioridades.
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Aprovechar la tecnología: para los que están solos, las redes sociales, WhatsApp y las plataformas de videoconferencias son ideales para mantenerse en contacto con amigos y familiares.
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Si vivimos con nuestra pareja, padres, hermanos o si tenemos hijos, es indispensable buscar un rincón en nuestra casa para poder aislarnos, tener un espacio para respirar y el ocio personal.
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Hacer actividad física: es posible hacer algo de ejercicio, aunque dispongamos de pocos metros cuadrados, es positivo para la mente y para el cuerpo.
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Todos somos copartícipes de las pequeñas grandes acciones que nos harán superar esta crisis. Al quedarnos en casa frenaremos la propagación de este virus y más temprano que tarde volveremos a las calles fortalecidos. ¡Dios está con nosotros!