En
una relación de pareja siempre es importante reinventarse, cortejarse y
reconquistarse. ¡Es la única forma de mantener la llama encendida! Además,
seducir a nuestro hombre siempre es divertido y a ellos les encanta vernos y
sentirnos sexys. ¿Quieres volverlo loco en menos de un minuto? Tu sexóloga
en Los Ángeles te va a enseñar:
· Déjalo mirar: a TODOS los hombres les encanta mirar, son
extremadamente visuales. Pídele la toalla mientras te estás bañando y deja la
puerta abierta para que pueda disfrutarte con sus ojos. La ropa sugerente y la
lencería sexy jamás fallan. ¿Quieres ser más extrema? Haz que te descubra masturbándote “por casualidad”…
· No
te pongas brasiere: no
importa que sean grandes o pequeñas, te garantizo que le encantan tus senos.
Muéstrate muy sutilmente y verás cómo empieza a seguirte con la mirada y él
mismo buscará la manera de acariciar tu espalda debajo de tu camisa para darse
cuenta que no tiene ningún obstáculo para tocarte directamente.
· Sexting inesperado: un mensaje o una foto subida de tono en el
momento menos esperado lo volverá loco y querrá de todo al llegar a casa. Eso
sí, el secreto es dejarlo con las ganas y así preparar el escenario para un
intenso encuentro íntimo.
· Lamer,
lamer y… ¿Lamer?: dulces,
bananas, un racimo de uvas, chocolate y cualquier otra cosa que puedas lamer y
chupar. Al mirarte se excitará de golpe.
· Besos
sexys: despiértalo
lamiéndolo suavemente en su cuello y roza sus labios con los tuyos. Un
excelente preámbulo para un mañanero.
· Perfumes,
cremas y masajes: ponte ese perfume que tanto le
gusta y pídele que te ayude a aplicarte tu crema favorita. El contacto con tu piel y la estimulación de
su olfato los excitará en segundos.
· Elemento distracción: puede ser
en una cena, un almuerzo o en alguna fiesta. Tócale sus genitales por debajo de
la mesa, rózalo sutilmente y pon su imaginación a volar. A él le excitará saber
que tu único objetivo es ponerlo caliente.
· Acaríciale
los testículos: este
tipo de masajes los llevará a ver las estrellas. Los pliegues de los testículos
están repletos de terminaciones nerviosas que se activan con apenas un roce.
· Baila: usa tus encantos para seducirlo con el
movimiento de tu cintura al ritmo de una música sensual. Progresivamente arrincónalo
en la cama o en un mueble hasta que termine echado y tú logres estar sobre él.
No pares de mover tus nalgas ni tus caderas mientras lo cabalgues… Ya sabes lo
que pasará después.
· Sorpréndelo
con sexo oral: sal de
la zona de confort, hazlo en un momento y en lugar que no lo se lo espere…
- Masajea sus
pectorales: sus
pezones son muy sensibles. Tócalos, acarícialos y… ¡Cómetelos!
· Conviértelo
en tu postre: úntale en
el abdomen chocolate, crema, sirope o cualquier líquido dulce que se te antoje.
Límpialo con tu lengua y juguetea, intercalando besos tiernos y apasionados en
la zona.
- Aráñalo: esta no es una práctica sadomasoquista
ni nada por el estilo, sino una muestra de satisfacción y aprobación.
Aprieta sus brazos, su espalda y sus muslos como signo de placer y para
demostrar que está haciendo bien su trabajo.
- A ciegas: véndalo mientras pasas tus manos por sus
zonas erógenas, lo mordisqueas y lo besas por todo el cuerpo, el hecho de
no poder ver alterará sus otros sentidos. Déjalo que te toque de vez en
cuando y retírate de pronto para que enloquezca buscándote.
- Rozarlo con
una pluma: si a
esto le agregas susurros al oído, soplidos en la nuca y un coqueteo
visual, tu éxito está garantizado.
- Siéntate en su
espalda: hazlo con
fuerza y determinación. Muévete con ritmo mientras le haces un masaje que
comience en el cuello y termine en la cadera. ¿Algún secreto adicional?
Roza tu cabello en su espalda.
- Juega con tus
pies: pásalos por
toda su anatomía, haciéndole cosquillas y caricias muy suaves y muy
breves.
- En cuatro
todo es mejor: colócate en cuatro pero en esta oportunidad agacha tu torso hasta que tu
cabeza quede apoyada en uno de tus brazos. Con la mano libre, agarra la
base de su pene mientras te está penetrando. Le encantará esta variación
de la posición
de perrito.
- Ponlo a
comer… Sobre ti: créeme
que tú serás el plato fuerte…
¿Qué
te parecen estos consejos? ¿Te animas? ¡Luego me cuentas cómo te fue!
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