Está bien darlo todo siempre y cuando la otra persona nos responda. Jamás dejes a un lado a familias y a amigos por tu pareja. Pregúntate si esa persona que tienes al lado te aporta armonía y tranquilidad y es con la que quieres envejecer.
No hay nada más intenso y gratificante que el estar enamorado, que el disponer de una pareja que nos quiera y a quien querer. Pero debemos ir con cuidado y no caer en el error de darlo absolutamente todo por esa persona. Por ello, como sexóloga en Tampa, te explicaré qué dimensiones debes proteger por encima de todo.
1. No lo des “todo” sin recibir “nunca”nada a cambio
Es un error en el que solemos caer. Amar a alguien es abrir todas nuestras emociones sin encontrar límite alguno, dándolo todo por pasión y sincero altruismo. Y eso es bueno, sin duda. Pero siempre y cuando la otra persona nos responda y nos demuestre que todo esfuerzo merece la pena, que todo gesto se ve reforzado por un amor sincero donde no existe el egoísmo. Si lo damos todo sin recibir más que exigencias o reproches, llegará un momento en que nos sintamos frustradas y muy vacías. Esta sensación es muy destructiva y hemos de tenerlo muy en cuenta. Ama, ofrece, da… pero recuerda que también mereces recibir lo mismo.
2. Que no destruyan tu autoestima o tus valores
En una pareja es habitual que hayan diferentes gustos, aficiones e incluso valores. Pero mientras haya respeto y reconocimiento todo funcionará bien. Tú puedes permitir que tu pareja por ejemplo, valore mucho la espontaneidad, la diversión, el salir mucho de fiesta… pero también exiges que ese tiempo lo comparta también contigo y que a su vez, valore el que tú de vez en cuando le pidas días más tranquilos e íntimos en casa. Debe haber un equilibrio. Pero si la otra persona nos critica porque no somos “tan divertidas” o tan amantes de las fiestas, entonces nos sentiremos mal y empezaremos a dudar de nosotras mismas. ¿Seré una persona aburrida de verdad? ¿seré tal vez una persona con la que él no puede ser feliz? Este tipo de preguntas pueden hacer mucho daño a tu autoestima. Nuestras parejas deben respetarnos y valorarnos. Es esencial. Si no existe respeto no podrá existir felicidad.
3. Que no invadan ni destruyan tu espacio personal
Todos nosotros disponemos de nuestras aficiones, de nuestros amigos, de nuestras pasiones… cosas a las que no podemos renunciar. Jamás dejes a un lado a familias y a amigos por tu pareja. No renuncies a todo lo que te gusta por tu pareja, porque de lo contrario no te quedará nada e irás perdiendo tu identidad. El espacio personal son esos espacios íntimos donde se haya nuestra personalidad, nuestra vida social y nuestras pasiones. No lo pases por alto.
4. Que no borren tus sueños y tus esperanzas
En ocasiones, mantenemos relaciones afectivas con parejas tóxicas. Personas que nos cortan las alas y que nos dicen, día tras día, que no somos capaces de tal o cual cosa. Que no somos inteligentes para hacer determinada actividad, que ese trabajo que ansiamos conseguir no lo conseguiremos porque no damos la talla. Personalidades que día tras día van cortándonos las alas y nuestras aspiraciones haciendo de nuestra personalidad una caricatura donde apenas queda brío ni energía. No lo permitas.
5. No permitas que te conviertan en una persona infeliz
Es lo más importante. Cuando te levantes cada mañana pregúntate si eres feliz. Pregúntate si la persona que tienes al lado es esa con la que quieres envejecer, esa que acompañará tu madurez y que habrá de vivir junto a tu mano en armonía y tranquilidad. Si te aporta seguridad, madurez e ilusión, no lo dudes, esa relación vale la pena y debes luchar por ella. Peor si te sientes vacía y percibes que esa pareja no te da sonrisas sino lágrimas, y que vives tus días con suma tristeza, deberás reaccionar. Mereces ser feliz. Es el derecho vital de toda persona.