Venezuela no ha dejado de ser noticias. Para los venezolanos la vida cotidiana está sujeta a un entorno volátil, impredecible e inseguro. Hasta lo más sencillo se ha vuelto complicado y por eso es indispensable mantener el equilibrio emocional y mental para ser funcional en una sociedad caótica. La crisis afecta a cada individuo de diferente manera, pudiendo presentar los siguientes síntomas:
- Desde el punto de vista conductual, entran en escena la irritabilidad y la hipersensibilidad. Es muy común que las personas peleen entre sí o, por el contrario, terminen aislándose o paralizándose en algunos casos y situaciones.
- Desde el punto de vista emocional, la rabia, la frustración, la desesperación, la ansiedad y el miedo evitan poder manejarse correctamente en los tiempos de crisis.
- Desde el punto de vista mental, es probable la presencia de pensamientos negativos recurrentes donde no existen posibles soluciones a sus problemas. También, son comunes la falta de concentración y de atención.
- Desde el punto de vista fisiológico, el estrés puede producir dolores de cabeza, problemas estomacales, dolores musculares y otros síntomas que no estén directamente relacionados a alguna enfermedad en específico.
¿Cómo comportarse en tiempos de crisis?
- Apoyarse en amigos y familiares: si bien es posible afrontar las crisis de manera individual, siempre es mucho más sencillo apoyándose en los amigos y familiares.
- Jerarquización de las necesidades: en las crisis es común no saber cómo actuar o cuáles decisiones tomar. Por eso, hay que racionalizar la situación y pensar con calma cuáles son las principales prioridades, para así determinar lo que es imprescindible y qué se puede aplazar.
- Filtrar la información: es un hecho que los medios de comunicación venezolanos no son fiables y que la conexión a Internet muy inestable. No se debe compartir toda la información que llega sin antes verificarla y chequear las fuentes. Difundir sin revisar minuciosamente perjudica en lugar de ayudar.
- Conservar las rutinas: aunque falte la luz o el Internet es importante, en la medida de lo posible, seguir con las rutinas de trabajo y estudio. Esto contribuye a mantener cierta estabilidad.
- No complicarse por lo que no se puede solventar: si por problemas externos no se puede cumplir con alguna actividad laboral, académica o personal, lo más sensato es no amargarse y seguir adelante procurando ser y sentirse útil para sí mismo y para la comunidad.
- Procurar no trasmitirle angustia a los niños y ancianos: no es sano trasmitirle sentimientos de desánimo y frustración, sobre todo porque gran parte de la situación no la entienden. Incluso, pueden llegar a sentirse culpables y pensar que los cambios de humor de los demás familiares son culpa suya. El secreto es mantenerlos entretenidos y ser precavidos filtrándoles la información.
- Tener momentos de recreación: se entiende la crisis, los problemas y todas las dificultades que están pasando todos los habitantes de Venezuela. Sin embargo, sin restarle importancia o severidad a la contingencia, no hay que descuidar el esparcimiento. Hacer algo de ejercicio, ir a un parque, leer un libro o ver una película, siempre ayudará a equilibrarse.
- Recurrir a un profesional de la salud mental: si la situación se ha vuelto muy abrumadora y la persona no se siente capaz de superarla por sí misma, lo más indicado es buscar apoyo psicológico. Asistir a terapia es idóneo para obtener herramientas para ayudar a sobrellevar las cosas.