Por segunda vez en menos de un mes, mi querida Venezuela ha sufrido un apagón nacional que ha durado más de tres días, el anterior duró cinco. Muchos amigos, familiares y pacientes que tengo en ese maravilloso país me han consultado cómo deben comportarse para poder canalizar la ansiedad, la frustración, el pánico y el miedo ante la incertidumbre en estos momentos tan difíciles.
Si bien todos somos distintos y reaccionamos de manera diferente, estos consejos generales pueden ayudar a soportar este tipo de situaciones:
Cuidar los temas de conversación: Venezuela es una sociedad altamente politizada, pero jugar a ser analista o retroalimentar las frustraciones con amigos y familiares no es positivo en estos momentos críticos. Como psicóloga recomiendo despejarse lo más que se pueda conversando con seres queridos, jugando con los niños y compartir espacios. También, hay que tener mucha precaución con lo que se habla al frente los más pequeños de la casa, no debemos menospreciar su capacidad de comprensión.
Buscar ayuda y compañía: hay que entender que no se está solo en medio de la crisis. Los especialistas recomiendan fortalecer las redes de apoyo conformadas por familiares, amigos y vecinos. Durante este tipo de apagones la organización de la comunidad es fundamental para preparar comida, conservar los alimentos, agua, medicinas, apoyar a los ancianos, cargar los dispositivos móviles y comprar lo necesario.
Distracción: hacer ejercicios, meditación, yoga e incluso caminar son ideales para despejar la mente. Leer un libro, jugar cartas, dominó o cualquier juego de mesa son herramientas para que la ansiedad y el pánico no hagan de las suyas.
Priorizar las necesidades: evaluar lo que realmente se requiere, comprar la cantidad de alimentos y medicinas que se puedan almacenar y no obsesionarse con tener el tanque de gasolina lleno. Las compras nerviosas pueden alimentar la sensación de caos.
Resolver problemas concretos: lo más sensato es organizar todos los pendientes para cubrir las necesidades básicas e irles dando solución concreta uno a la vez, sin desesperarse. Por ejemplo, comprar los alimentos las primeras horas al día, así como cargar los celulares y conseguir agua potable. Evitar pensar más de la cuenta y no preocuparse por lo que sencillamente no se puede resolver. Es importante, mantenerse activo durante las horas de luz, así descansar en la noche será mucho más sencillo gracias al cansancio.
Cuidado con la información: en el régimen venezolano ninguna información oficial es cierta, por eso es muy común que surjan rumores y contrarumores. Es importante no prestarle demasiada atención a los comentarios que vayan surgiendo y mucho menos difundirlos sin haber comprobado la fuente. En circunstancias tan adversas es más lógico ocuparse en las verdaderas necesidades de nuestra familia y comunidad que perder el tiempo llegando vacíos informativos que más bien pueden alterarnos más.
Ser útil: todos podemos aportar algo, desde cocinas de gas, plantas eléctricas, agua potable, medicinas o hasta facilitar que nuestros vecinos puedan cargar su teléfono móvil en nuestro vehículo. Ninguna contribución es pequeña, es importante ser solidario y cooperar en la medida de lo posible.