El sexo tántrico es una práctica ancestral que está rodeada de mitos. Está basada en el llamado Tantra, una doctrina milenaria que rinde culto a los placeres de la carne para alcanzar la máxima plenitud espiritual. ¿Quieres saber más? Tu sexóloga clínica te enseñará todo lo que necesitas para iniciarte en esta deliciosa actividad.
Una de las maravillas del sexo tántrico es que no se presta atención exclusiva a los genitales sino a todo el cuerpo en conjunto. Se basa en acumular y canalizar la energía sexual hasta alcanzar el éxtasis.
Si quieren probar nuevas experiencias y escapar de la rutina en pareja, el sexo tántrico es una de las mejores opciones.
Sexo tántrico: sin tabú y sin prisa
La idea es disfrutar el momento, el aquí y ahora. Aceptarse a sí mismos tal y cómo son. Al estar conscientes de sus virtudes y defectos muchos tabúes y prejuicios caerán. Es importante poner los cincos sentidos en el sexto tántrico, sino no se aprovechará ni se disfrutará como es debido. La clave es la concentración, el equilibrio y la armonía entre las dos personas.
Hay que entender que la meta del sexo tántrico no es ni el orgasmo ni la eyaculación, sino estimular los sentidos a través de las caricias, los besos y las miradas para que fluya la energía sexual de la mejor manera.
Preparando el ambiente para el sexo tántrico
- El ambiente debe ser el adecuado. Coloca música relajante y asegúrate que la temperatura de la habitación esté en su punto. Cambien las sábanas, enciendan inciensos y velas aromáticas. ¿Se toman un té o algo oriental que los ayude a ponerse en mood?
- Gocen el juego de miradas y caricias mutuas para que progresivamente para que la pasión y el deseo vayan entrando en escena.
- Tómense su tiempo y no vayan directo a los genitales. Busquen el placer en partes inexploradas.
En esta etapa es fundamental la sincronización de la respiración. El objetivo es que los cuerpos se relajen y se conecten. La excitación debe ir aumentando poco a poco.
Lograr contener la eyaculación
Una de las primeras cosas que se nos viene a la mente cuando hablamos del sexo tántrico es el control de la eyaculación, incluso de eyaculación interior. Por eso, es indispensable trabajar los músculos pubocoxígeos, ubicados en el suelo pélvico, a través de los ejercicios Kegel.
Antes del coito como tal, hay que emplear la masturbación. Siempre procurando parar antes del punto de no retorno y así postergar la eyaculación lo más que se pueda. Por ejemplo, cuando se estimula el pene, en lugar de detenerse en seco hay que contener la respiración y contraer el suelo pélvico. Muchos hombres expertos en la técnica incluso logran tener orgasmos sin eyacular.
¿Quieres saber más? ¿Te interesa conocer las mejores posiciones para el sexo tántrico?