Muchas pacientes me han consultado al respecto y me expresan su tensión por querer experimentar estos chorros potentes al alcanzar el orgasmo. El estrés generado por la mayoría es porque a sus novios les encanta ver mujeres que lo logran en las películas porno.  Yo les comento que ser una squirter sí es posible, pero no como lo muestra el porn. En los porn films suelen utilizar implantes, bombas de agua y otras técnicas que hacen simular una especie de eyaculación femenina extremadamente potente.

Como sexóloga clínica puedo afirmar que el tan mitificado squirt es una realidad. Ya sea a solas o en compañía, alcanzar este manantial de placer es posible conociendo tu cuerpo y aprendiendo a estimularlo. Gracias a los Ejercicios Kegel y a las G-Balls, lograrás obtener un mayor control de los músculos de tu vagina, que además estarán considerablemente más tonificados. 

¿Cómo lograr el squirt?

Es habitual que todas las mujeres liberemos una pequeña cantidad de líquido después del orgasmo. Pero, el squirt es cuando se expulsa en gran cantidad un fluido eyaculatorio producido por las glándulas de Skene. La cantidad y la potencia de la presión dependerán del tamaño que tengan estas glándulas. Eso sí, TODAS podemos experimentarlo.

Como todo en la intimidad, la mente juega un papel preponderante. Por eso debes estar relajada, sin complicaciones y obviando todo tipo de pensamientos negativos, tampoco dejes a un lado los besos, caricias y el siempre necesario juego previo.

Cuando inicies la estimulación del clítoris, alterna movimientos circulares, de presión y varía la velocidad, si buscas más comodidad puedes colocarte algún lubricante. No existe una regla clara para llegar al squirt, concéntrate y escucha tu cuerpo y obtendrás la respuesta. Cuando te sientas bien excitada, penetra tu vagina con tus dedos medio y anular. Relaja la pelvis, mantén las piernas abiertas y preferiblemente ten una almohada debajo que contribuya a elevar tu cadera.

El punto clave es cuando estimulas el punto G. Para localizarlo haz con tus dedos un movimiento de “ven acá” buscando tocar la parte frontal de la vagina. Explora con paciencia haciendo presiones ligeras en forma de círculo y sin descuidar la estimulación exterior del clítoris. Durante este proceso, contrae y relaja tus músculos pubocoxigeos haciendo Ejercicios Kegel para intensificar el placer y con las G-Balls lograrás efectos más inmediatos.   

¿Cuándo llegará el squirt? ¡No te desesperes! La práctica hace al maestro. También, debes considerar que dependiendo de la ubicación de la glándula puede variar la cantidad de la eyaculación, todo varía de mujer a mujer. ¿Mi consejo? Disfrutar el proceso y no te obsesiones con el resultado.