Me encanta hablar sobre posiciones sexuales y hoy vamos a conocer el succionador. ¿Te asusta el nombre? ¿Te da miedo bajarte los pantalones? ¡No te preocupes! Verás que se trata de una posición que disfrutarán demasiado aunque tiene su complicación. 

Esta postura es ideal para las mujeres dominantes y los hombres que disfrutan dejándose hacer, o simplemente para ese coito en el que es ella la que manda. El modus operandi es el siguiente: la fémina se coloca tumbada boca abajo sobre una superficie horizontal. Eleva el trasero para facilitar la introducción del pene en la vagina.

El hombre se encuentra sobre la espala de ella, totalmente erguido. No llega a aplastarla porque tiene los brazos tensos y estirados completamente. El pene incide directamente en el ‘punto G’ femenino, lo que maximiza el placer de ambos, sobre todo de él, ya que en esta postura la vagina se estrecha, aumentando así la fricción en las penetraciones.

Una vez que tenemos a ambos colocados, comienza la acción. Cuando empieces a practicarla, comprenderás por qué se llama ‘succionador’. El truco es que el hombre no se mueve, es ella la que con los movimientos de cadera controla el ritmo y la intensidad de la penetración, ‘succionando’ el miembro viril masculino hasta la llegada del orgasmo.

La fémina experimentará una gran liberación de estrés al ser ella la que manda. Los gemidos, nos tememos, serán inevitables.

Tienes dos versiones, en una él tiene las piernas estiradas y en la otra, dobladas.