Se sorprenderían si supieran la cantidad de fotos obscenas y mensajes subidos de tono que las mujeres reciben a través de las redes sociales.  ¡Es muy molesto!  Mi recomendación es reportarlos porque casi siempre les suspenden sus cuentas de Instagram y sus perfiles de Facebook. Lamentablemente, es muy común que cualquier chica esté revisando tranquilamente su teléfono y se tope con esa desagradable sorpresa. ¡Es terrible! Pero, ¿por qué sucede esto?

Primero que todo, hay que considerar que el sexting y ese tipo de juegos sexuales NO son perjudiciales mientras sean consensuados. Es decir, el problema no es la foto como tal sino que NO fue solicitada.   

Las razones por la que los hombres envían imágenes de sus genitales pueden ser múltiples:

  • En muchas ocasiones no son buenos para medir el verdadero interés que una mujer puede sentir hacia ellos y por eso pecan por hacer este tipo de acciones totalmente descontextualizadas. Es increíble cómo pueden llegar a pensar que morimos por ver un pene de alguien que no nos importa en lo absoluto y que esto nos excita sexualmente.
  • Muchos sienten algún tipo de emoción por mostrarse, ya sea a alguien conocido o desconocido. Las plataformas digitales han permitido que exista una versión de alta tecnología del típico exhibicionismo masculino de tiempos pasados. En pocas palabras, estamos viviendo una evolución del típico depravado que utilizaba una gabardina sin nada abajo.
  • Apego patológico a los genitales, mucho más común en hombres que en mujeres. Cuando esta conexión con el pene alcanza niveles peligrosos, surge un deseo de compartir su vínculo con alguna persona que le interese sexualmente.
  • La impulsividad tiene un importante papel, así como el consumo de drogas y alcohol que son capaces de suprimir inhibiciones. Alguien más impulsivo tiene mayor posibilidad de enviar una foto o video si está bajo los efectos del licor o de alguna sustancia psicotrópica. Por otro lado, una persona más reservada puede tener la pulsión pero lo piensa mejor y no lo hace.

No hay que ser sexólogo para saber que nuestras reacciones representan gran parte del “morbo” y de la emoción que sienten estos hombres al intentar mostrarse. Entonces, lo más sensato es bloquearlos, reportarlos e incluso acudir a las autoridades si la situación se sale de control.