Desde hace varios años, muchos pacientes hombres que se han autodefinido como buenos en la intimidad afirmaron que su habilidad consistía en enfocarse en la mujer hasta hacerla llegar al orgasmo y después en ocuparse de ellos mismos. Por otro lado, pacientes mujeres comentaron que muy fácilmente sucumben a los caprichos del hombre para tenerlo tranquilo y satisfecho. ¿Es esto correcto? ¿Tener como prioridad el placer de la pareja significa ser bueno en el sexo? ¡Claro que no!

Como sexóloga clínica puedo certificar que lo único que se consigue con esas actitudes es ansiedad, insatisfacción y la desagradable presión que termina convirtiendo un acto natural, relajante, placentero y divertido en algo mecánico y estresante. Ese tipo de comportamientos pueden desencadenar problemas de erección, eyaculación retardada, eyaculación precoz, anorgasmia, problemas de lubricación e incapacidad para excitarse.

Por supuesto, hay que tomar en cuenta que el sexo se trata de dar y recibir, complacer y ser complacido, hablar y ser escuchado.  Un encuentro íntimo de calidad debe ser como un buen baile: sintiendo y manteniendo el ritmo de la canción, compenetrándose al máximo con la pareja y que todo fluya hasta que sepamos interpretar sus movimientos, gestos, reacciones y afines hasta que se comporten como si fueran un solo cuerpo.

Es una desgracia como la sociedad casi siempre culpa al hombre si la mujer no alcanza el orgasmo y tildan a una mujer de aburrida y cerrada si se niega a comportarse como una actriz porno. Pero, la única verdad es que los únicos responsables de nuestros orgasmos somos nosotros mismos, ni siquiera nuestra pareja.

Es fundamental aprender a comunicar lo que nos agrada, lo que nos vuelve locos, convertirnos en guías para que la otra persona nos vaya conociendo en el aspecto físico, mental y emocional. Claro, no debemos olvidar establecer los límites para evitar malos entendidos y malas experiencias.

Entonces, dejemos de perder tiempo y energía diciendo a los cuatro vientos que fulano y fulano son terribles en la cama y tomemos las riendas de nuestros orgasmos, solos o acompañados. Si tienen alguna duda no dejen de contactar a su sexóloga en florida.